lunes, 1 de febrero de 2016

Para siempre.

-Que seas feliz siempre. -Te escribí.

¿Y cómo no desear tu felicidad, si sos la persona que más amo?

Ojalá haya podido hacer más para curar las heridas que pude causar a tu corazón y a tu alma. Ojalá pueda haber algo que cure mis heridas también... Heridas que duelen hasta lo más profundo, arden y queman, pero con las cuales nunca me importó seguir adelante con tal de poder estar a tu lado.

Pero ya no estás... Y el dolor me asfixia.

Otra vez, ojalá hubiera podido hacer un poco más. Ojalá hubiera podido retomar los remos y demostrarte con total certeza el ilimitado significado que tenés para mí y lo puramente, sincera y transparentemente enamorada que sigo de vos.

Con esto escribo mis últimas palabras acá...

Te amo para siempre y siento que nunca voy a dejar de hacerlo. Esa es la razón por la que quiero dormirme y no despertarme nunca más. El dolor de verdad es insoportable.