jueves, 26 de agosto de 2010

Estoy podrida.

Al leer este título ustedes pensarán: "¿Estás cansada por algo? ¿Te peleaste con alguien? ¡Ya sé... te va mal en la facu!". Pero no, gente: Estoy podrida.

Antes de decir algo: che, mi blogspot se achotó demasiado. Estuve leyendo entradas del verano, ponele... y me dí cuenta de que perdí mi inspiración. O sea no me gusta cómo escribo, no tengo idea de qué idioma estoy usando. Estoy perdida en una nube de pedos, ¡por favor que alguien me salve!

Ahora, yendo al tema de que nos compete (?), quiero escribir muchas cosas a la vez porque me están pasando demasiadas cosas, cosas que me gustaría que vean las miles de personas (?????????) que me leen. Igual ahora me voy a concentrar en algo en particular: mi brazo. Ustedes dirán "¿Pero qué mierda tiene tu brazo de importante?, ¿qué tiene que ver con el título?". Verán, acá no entra solamente el hecho de tener una muñeca de 2 mm de diámetro ni un dedo pulgar que parece aplastado por una grúa, sino que, señoras y señores, lo afirmo una vez más: soy un imán de mala suerte.

Harán dos, tres semanas. La oscuridad de la noche fría (?) te tentaba a estar en la cama mínimo hasta la una de la tarde, y yo soñaba plácidamente dentro de mi hermosa, calentita y suavecita cama. Como no es raro en mí me despierto después de mi cuarto o quinto sueño, y como siempre, tenía el pelo en la cara. Algo incómoda y boca arriba, moví mi brazo para sacarme los mechones, casi por inercia, con el 90% de mi inconsciente en el trencito con escala a los sueños.

En ese mismo segundo sentí algo que activó mi cuerpo dormido. Al apoyar mi brazo sobre la almohada gemí haciendo un esboso que ni yo me hubiera imagino que haría (?) y abrí mis ojos. Una quemazón muy molesta irritaba mi buen humor soñante, y entre que estaba todo escuro y no podía ver nada, la cosa empeoraba.
Revolví la almohada en busca de mi celular, la única cosa que mínimamente podría iluminar la habitación (soy pobre y no tengo mesita de luz con velador), y con la mano izquierda iluminé mi adolorido brazo...
En medio de todo el fondo negro de la pieza veo una cosa muy rara: un par de globitos transparentes con un borde color rojo.
A este punto ya estaba despierta un 120%: "¿Qué mierda es esto? Definitivamente me picó algo, mirá la cosa que tengo". Después de algunos segundos de mirar la marcota que tenía en el brazo empecé a procuparme: "Ay, mirá si fue un bicho raro, o me pinché con algo y la piel está reaccionando... mirá si me agarra cáncer de piel".

Bueh, lo último fue un poco exagerado, o sea yo soy exagerada, eh? Pero en ese momento esa cosa rara daba que pensar.
A la mañana siguiente me deperté con el mismo dolor, pero con los globitos más hinchados, más inflados. Mi familia me dijo que tal ve me habría picado una arañita pero que no pasaba de eso. Me decían que no me toque, que me ponga algún remedio de esos que te da la abuela macumba o que de última vaya a un médico. Pero que no me toque.

Sólo bastó que haga mi cama para que la "ampolla" se haga mierda. Se vació de un solo reventón y sólo quedó piel, piel, más piel y la dermis al aire: un cráter rosadito. Miré de nuevo la manchita que quedó de esa cosa rara pero después seguí con mi día diciendo "Bueno, ya va a cicatrizar".

Al otro día les juro, toda la gente veía mi brazo y decía "AAAAAAAAY, QUE ASCO ¡¿QUE TE PASOOO?!". Bueno, lo que pasa es que el cráter secó, lo rosadito se puso bordó y el bordecito rojo se hinchó. Pareciera que alguien vino y dijo "Bueeno, voy a apagar mi habano en tu brazo, puedo?" . Era una cosa terrible porque aparte se estaba infectando posta, estaba podrida.

Pasaron los días y cada vez se hinchaba más, no dejaba de doler y hasta en el trabajo se ofrecieron a curar mi herida. Ahí fue cuando llamé la atención de mamá... "Nena, andá a un médico, se te está infentando". Obvio, todos decían que estaba infectado, pero igual fue medio al pedo porque el doctor fue predecible "¿Otra vez? Te picó una araña seguro" (el do'tor dijo "otra vez" porque en otra ocasión me habían salido de la nada, unas ampollitas en los nudillos, la leprosa me decían). Me revisó la piel y me dió un discurso hablando de cuán sensible es mi piel, bla.

La cosa es que acá ando, con el agujero bordó un poco más chiquitito y bien seco. Varias capitas de pielcita seca protegen mi herida hecha por esa "araña" conchuda, conchuda. Ahora quiero mi premio por soportar tanto remordimiento... mínimo caminar por las paredes.

sábado, 21 de agosto de 2010

Ser mujer sale caro.

Ustedes piensen: hay muchas cosas que los hombres no se gastan en pagar por el simple hecho de ser machos. ¿Y saben por qué? Porque sencillamente no lo necesitan.

Las mujeres estamos condenadas. ¿A quién se le ocurrió que las minas no tenemos que tener un pelito en la piel? Mínimo una vez por mes tenemos que pagar depiladoras y si no es así gastamos plata en cremas depilatorias... incluso hasta en maquinitas de afeitar si es necesario.
Después tenemos que tener en cuenta los maquillajes. ¿Se imaginan la plata que se hace la gente con al venta de maquillajes? Esa es otra cosa que hay que tener en cuenta.
Después está la ropa. Ustedes pónganse a pensar que la mayoría de los locales de ropa son para mujeres, ya sea la ropa propiamente dicha, ROPA INTERIOR (hasta por tener tetas se aprovechan), accesorios...

Igual ésas son cosas materiales nomás... ¿por qué tengo que estar tan histérica por un dolor de panza? Sé que sólo estoy histérica por mis putos desórdenes hormonales, pero juro que lo odio. Lo peor de todo es saber que la sensibilidad ya está instalada en mí, todos los días del año, sé que no hace falta tener un dolorcito para sentirme suceptible, pero ahora agarrate porque si venís ahora y me decís algo te comés mi lloriqueo, es así. Encima hay que gastar comprando Always también.

OOOH MG. Tengo que controlar esto.

viernes, 20 de agosto de 2010

Felices 19.

El Domingo pasado, 15 de Agosto, llegué a los 19 años.

Me había pedido el día en el laburo, aquél fin de semana no iba a trabajar porque quería empezar mi cumpleaños con amigos, festejando, pasándola bien. En la semana incluso mi hermana mayor parecía haberse copado con la idea, avisé a primos, amigos del cole, a los de la facu... estaba emocionada porque siendo que soy de ésas que no salen nunca, no iba a desaprovechar esto, mucho más por ser mi cumpleaños.

Llegó el Sábado 14, día previo a mis dulces diecinueve. Cumplía otro mes con mi novio pero las cosas se retrasaron y no pudimos salir a patinar, como habíamos planeado. Pensamos en la opción de ir al cine pero los horarios no daban, así que vimos una película alquilada acostados sobre el futón.

Eran cerca de las nueve, y mientras con mi novio nos preparábamos para ver la peli me llega un mensaje. Por alguna razón, antes de leerlo mi pesimismo intuitivo me alertó de algo que se relacionaba con la salida de aquél Sábado, y no se equivocó: esa fue la primera persona que me dijo que no iba a poder ir.
Me quedé mirando el mensaje unos segundos después de leerlo, como si no me sorprendiese, después caí en la idea de que realmente me apenaba no poder empezar mi cumpleaños con ella, pero en fin, cosas que pasan.
Ya estábamos acostados con mi novio, esperando que empiece la peli, y mi celular suena de nuevo con otra cancelación. Creo que fue entonces cuando me sentí realmente mal... las personas con las que mejor contaba no iban a poder estar conmigo, eso me entristeció un montón porque sabía que no me iba a sentir completa si ellas no estaban ahí... así que empecé a avisar al resto que la cosa se cancelaba definitivamente, que no íbamos a salir (digo "el resto" como si fueran muchos: dos personas).

Volví a mi casa y mi hermana me recibe con un "No voy a poder ir con vos hoy, Liza, no tengo plata". Eso significó otras tres cancelaciones para mis primos.
Después, cuando estaba hablando por teléfono con otra de mis amigas...

Yo - ¿Pero qué, quiénes íban a ir si llegábamos a salir?
Ella - Yo, M, y una amiga de la facultad que quería venir con nosotros.

Yo - ¿y R?
Ella - Está descompuesta.
Yo - ¿y A? ¿M?
Ella - Yo que sé...

La cosa es que si la gente no me avisaba que no iba a venir, igualmente el comienzo de cumple de diecinueve años hubiera sido de cinco personas, incluyéndome... fiesta loca.

Eran las once y media y me puse el pijama y me acosté a dormir. No recibí demasiados SMS's ni llamados y a la mañana siguiente desperté gracias a los gritos de mi mamá que se estaba peleando MUY MAL con mi papá, como siempre. Me levanté con ojos ardientes, colorados, anegados e hinchados. Y después de diez minutos me mandaron a hacer los mandados como cualquier día normal, con un simple "Feliz cumpleaños, hija".

Por la noche, y como todos los años, recibí puteadas por haber "invitado a muchos", y quejas y críticas para los que "fueron forros y no me visitaron". Siempre pasa lo mismo, tooooooodo el tiempo, los que no vienen son mala gente y a los que vienen le tenés que dar de comer. Siempre me vienen con la misma queja.

Por lo tanto saqué la siguiente resolución: el año que viene no voy a invitar a nadie, no voy a salir ni voy a ilusionarme ni esperar nada. Me voy a dar cuenta de quiénes son los que realmente me quieren y saben que no necesitan una invitación para venir a saludarme por un día especial, y voy a entender a los que no vienen "porque no avisé". Además, acá todos me dan a entender que cumplir años implica gastos y derroche de plata, por lo tanto, no voy a hacer ni organizar más nada... y todos contentos.

No quiero más martirizaciones.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Me perdíí.

Quiero volver a ser como antes. Quiero que INYOURARMS vuelva a ser mi pequeña cajita íntima, que entre y pueda escribir al compás de lo que hablo.
Tengo cosas qué contar, MUCHAS, ¿Pero saben qué? Cada vez que escribo tengo que aprentar la teclita "" porque al ver lo que tecleé me siento una relatora de seis años. Liza escribidoraaa, ¿dónde estáás?

En fin, por ahora sólo quiero aclarar que sigo viva (?).